domingo, 21 de diciembre de 2008

¿estoy despierta o sueño que escribo?

Hace cosa de un mes estoy en situación de desocupación privilegiada. "Desocupación" porque el destino apuró mi separación de las huestes de la administración pública, y "privilegiada" porque no tengo que salir corriendo a repartir CV's en busca de empleos baratos e inmediatos. Reservome el secreto.
Lo importante de la cuestión es la cantidad de horas de sueño que experimento por día, y los contenidos de esos sueños, que me modifican la percepción. No tengo horarios fijos particularmente a esta altura del año, así que pongo el celular en silencio y duermo hasta que me da el cerebro: una suerte de revancha por las veces que TUVE que madrugar muy a mi pesar.
Así, en prolongadas jornadas de sueño sin interrupción, me parece que le doy rienda suelta a mi inconciente. Al principio empecé teniendo sueños de película de terror clase B, con marcianos invasores, sandwiches de jamón y queso, y planes de liberación. Después el panorama se amplió mucho más y tuve diferentes casas, encuentros furtivos, viajes de egresados, visión gran angular, llamadas desde locutorios.
Llegué a un estado más avanzado cuando los sueños empezaron a confundirseme con la realidad: ahora, lo que escucho en sueños se mezcla con lo que me dicen en la vida real; las cosas que no suceden cuando estoy despierta, las decisiones que no tomo, lo que dejo para después, todo eso empieza a pasarme mientras duermo.
Ahora mismo me voy a la cama. Si me mirás parece que duermo pero en verdad estoy...

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